viejas amigas


Mi hermana que estaba de visita ya se fue. La casa, aunque nunca vacía con todos sus habitantes usuales, se siente extraña, algo silenciosa. Comienzo a extrañarla pero es algo a lo que ya me he acostumbrado con bastante pena y resignación. Al principio, en cada despedida, incluso sabiendo que volvería a verla pero sin saber cuándo me producía una enorme descarga de llantos de pequeña. Pero uno se acostumbra, el ser humano es un bicho de costumbre. Nos amoldamos a todo para sobrevivir. Y eso es algo en lo que me puse a pensar, me causa pena mucha pena el haberme acostumbrado a tenerla lejos, a saber que su vida es otra, que antes ya no es lo mismo, que ella hace tiempo tiene una nueva vida: hijos y esposo, perro y casa, trabajo y todo lo demás. Su vida es allá, no acá. Lejos están los sábados en los que todos nos sentábamos a la mesa en familia, mi mamá preparaba pizza y mi hermano se preparaba para salir a bailar después de comer. Yo me quedaba con mi mamá por ser una niña pequeña. Ella siempre fue mi mejor amiga además de mi hermana. Jugamos juntas a pesar de llevarnos bastantes años de diferencia y ella me regalaba siempre alguna golosina cuando iba al centro de la ciudad de compras. Ella es la que esperaba horas al lado de la puerta del baño cuando me encerraba en tantos de mis berrinches de adolescente. Tantos momentos en los que estuvo y no es que ya no esté, lo está, siempre lo estará porque es mi hermana. Supongo que los que están lejos o tienen seres queridos que viven lejos saben de lo que hablo. Está lejos, está como invitada a veces en mis aventuras y no como antes, como partícipe. Me doy cuenta que pasan los años y dejo de conocerla como lo hice alguna vez, ella cambió como yo lo hice; supongo a eso le llaman crecer. Y a veces creo que ya no la conozco tanto como una vez lo hice, somos lo que se llama viejas amigas.

7 comentarios:

Pulfer dijo...

Yo me separe de alguien muy cercano hace poco. Y es asi, el hombre se acotumbra. No queria acostumbrarme, pero es necesario.

Agostina dijo...

Poder decir adiós, es crecer. Supongo que de alguna manera se adapta al adiós que le dijiste a tu hermana y al crecimiento que ello te implico. Lo aceptaste y está barbaro, la nostalgia es inevitable, aunque intentando verle el lado positivo, es señal de que la amas por llevar tu misma sangre y por todas aquellas cosas que compartieron.
Un besotee.

Anónimo dijo...

qué linda relación! no importa que cambie, todo cambia, lo que importa es que será para toda la vida.

Jack el Despotricador dijo...

Y sí... Uno ya se acostumbra a estas cosas.

Yo me adapto sin dificultad a los cambios, pero esto me hace una persona cada vez más fría.

Besos!

Psicoloca dijo...

Querida, me pasa con mi hermano, el muchcacho se fue a España en Otubre.. ayer fue el cumple.. Buu

Carolina_USMLE dijo...

Te entiendo perfectamente...uno se va acostumbrando....yo lo q hice fue no pensar en q estaban lejos, porq dolia mas...La tecnologia me ha permitido estar en contacto con ellos...y aunque esten lejos, podemos hablar casi todos los dias...
Asi es la vida...todos cambiamos y crecemos...pero hay q tratar de mantener la cercania...
Besos!!!!!!!

BLUEKITTY dijo...

nono: y cómo lo estás llevando?

Agos: creo que siempre un adiós es algo amargo, aunque a veces necesario para pasar a otra etapa de la vida.

fairy azul: espero que sea para toda la vida y si hay un después también.

Dr J: no creo que la solución sea volverse frío. Muchas veces pensé que así, siendo frío, se sufre menos pero no es verdad.

psico: mientras el muchacho esté bien y feliz, es lo que importa.

crazygirl: a veces aunq´suene loco, es tan difícil mantener la cercanía con los que sí tenemos cerca y recién si se van nos damos cuenta de otras cosas, de lo que importa.