diferencias

El otro día escuché algo que me hizo sentir un dejo de tristeza, o una sensación más bien de desesperanza: siempre va a haber pobres y ricos me dijeron.  No hay nada que podamos hacer nosotros me remataron.

Mucha gente cree que es utópico intentar cambiar las cosas, que la vida corre rápido y que lo que importa es uno mismo poder ser feliz. No en muchas ocasiones importa lo que siente el otro, ése que está cerca, incluso al lado. Se cree que todos podemos elegir la vida que vivimos, y que incluso algunos merecen vivir mal.
Urge ser feliz porque la vida alrededor no mejora a veces, en especial en estas épocas donde todo se percibe bajo una negra aura de desesperanza, donde todo es violento. Donde se siente cada vez más presente la sensación de supervivencia y de vivir el día a día en medio de la inseguridad.
El otro día me impactó el caso de un hombre que es lejislador socialista en Buenos Aires, a quien en un accidente donde roban su camioneta, y en un episodio de  mucha violencia, le pegan un fatal golpe en la cabeza y lo dejan tirado e inconsciente en la calle. Luego de un proceso de asombrosa recuperación, vuelve a su vida, pero con algo que de seguro marcó una nueva y diferente etapa en su vida: no puede hablar mi caminar, mas mediante una computadora con un programa que le permite hablar mediante la misma computadora vuelve a su vida normal o más bien a su nueva vida. Siendo parapléjico, e intentando seguir como uno más, como cualquier persona que vive su vida día a día, en unas cuantas entrevistas a este señor, se le pregunta si después del accidente sufrido experimentó sentimientos de venganza, de ira, o de desgano; él dijo que no se le cruzó por la cabeza la venganza. No se llega a ningún lado con medidas que no sean preventivas. Hay que acabar con el delito, y con la violencia, pero no con más violencia, sino con inclusión. Es importante saber que debemos dejar de vivir en la individualidad, en el resentimiento, en la violencia, y si queremos un mundo mejor, debemos empezar por sociedades mejores donde no se acepte las diferencias de clases o de oportunidades, mas sí aceptar lo que es diferente, tratar de conocerlo, no juzgarlo y respetarlo sobre todo. Y creo que todos como ciudadanos tenemos la culpa de vivir así, porque nos nos interesa lo que ocurre alrededor excepto para quejarnos. No se cree en el prójimo, no se cree en la política, no se cree en los valores, no se perdona ni se ayuda al delincuente, no se ayuda al país sino que se idolatran cosas de otros lugares, se fomenta el capitalismo y el imperialismo, se cree en el dinero como un semidios, se cree en lo material y no se respeta la vida de animales, de los medios naturales y no hay interés por la vida del igual a menos que no sea la nuestra. Y después nos quejamos de lo mal que vivimos.
Me quedo pensando en un hombre que después de un accidente fatal, no elige venganza, sino que pide inclusión social, que pide educación para todos y no violencia. Que puede ver más allá de sí mismo.
Me quedo pensando en las cosas que debo aprender, a dónde nos llevaría bajar la edad de imputabilidad con respecto a menores delincuentes, a dónde nos llevaría acepar la pena de muerte, a dónde nos llevaría la creación de más cárceles, o el uso y tenecia legales de armas para supuesta protección personal, creer y comprar la imagen que venden los medios la cual es la imagen de enemigos unos entre otros, sobrevivir en las grandes ciudades y no meterse en nada que nos traiga problemas o creer que "los pobres" son los malos, los negros y los musulmanes son los peligrosos, y muchas más locas ideas a mi parecer. Así que prefiero quedarme con la imagen de esta persona que después de un episodio de muchísima violencia, elige perdonar. Interesante, no?

meriendas

Es bueno proponernos a compartir una merienda cuando nos decidimos y organizamos, darnos el tiempo de compartir, unos cuantos alimentos, un momento, unas palabras o unas confesiones, pensamientos, sensaciones, recuerdos, dudas o incertidumbres, y en una de esas nos animamos y compartimos un miedo o algo mucho mejor, alguna esperanza y secreto grande.
Llegamos y nos saludamos, vamos cortando los invisibles hilos de los típicos saludos y cortesías sociales que se demandan incluso en la intimidad de ciertas relaciones. Nos vamos relajando, nos vamos encontrando y nos permitimos sonreir, escuchar y comentar. Ponemos la mesa y disponemos los alimentos a compartir al simple azar. Las cucharas y las palabras van y vienen rápidamente. Nos contamos cosas, nos deleitamos con sabores dulces de mermeladas o macitas y el reconfortante sabor de una bebida caliente como un café con leche de esos que te cargan de pilas el espíritu o en tiempos calurosos una bebida que refresca el cuerpo y el alma acalorada, y hablamos y disentimos de tanto en tanto, pero son más las cosas que nos reconcilian, nos asemejan, nos unen. El sonido de la cuchara que se remueve dentro del interior de la taza se escucha conjuntamente con alguna risa de algo que nos causó gracia.  Nos relajamos aun más y nos damos cuenta lo bueno del momento, lo bueno de compartir con otra persona, lo bueno de acercarse y abrir la puerta de la casa, y la del corazón. 
Es bueno tener alguien a quien llamar amigo.

nunca más

"Desaparecidos por la dictadura argentina" es el nombre con que se conoce a las personas que fueron víctimas del crimen de desaparición forzada durante el gobierno militar de la Argentina autodenominado Proceso de Reorganización Nacional en 1976 a 1983.

Saber qué pasó, recuperar la memoria y exigir la verdad, se volvieron reclamos principales de las víctimas y de las organizaciones de derechos humanos. Una de las consignas que refleja esta preocupación, cantada en las marchas de protesta contra el gobierno militar, decía: "¡¡Los desaparecidos, que digan donde están!!" 


NUNCA MÁS.

atrás

Hoy día lunes, me levanto y considero respirar bien fuerte el aire para que entre a mis pulmones, y me decido a dejar atrás la mala onda y cargar no sólo aire nuevo y fresco sino que también quiero cargar esperanza para este año. No sé si sea posible cargar esperanza. Voy a intentarlo.
A los problemas voy a escribirlos en una hoja blanca y a evaluarlos; descubrir la mejor manera para enfrentarlos. Pero eso lo dejo para mañana, hoy quiero elegir la respiración pausada. Luego de la respiración pausada, camino hacia la cocina para buscar un poco de café caliente con un toque de crema, un sillón mullido con un libro que conjuntamente con una historia me ayude un poco a volar, a imaginar sin despegarme del cómodo sillón y nada más que pantuflas, o incluso descalza si es que el piso no está tan frío. Ropa holgada, y suave con la piel. Más tarde un baño, agua que me limpie por fuera y por dentro, sobre todo por dentro. Acariciar el pelaje de la gata que me mira, escuchar su suave y constante ronroneo, mirar sus bigotes, sus orejas y estudiar cada detalle en ella.
Me siento a tipear en la computadora y dejar libre a los pensamientos que van y vienen, que danzan dentro de la cabeza. El silencio del silencio sólo interrumpido por el sonido del teclado puede convertirse en algo relajante. Me dentengo a mirar la ventana, y decido abrirla de par en par y dejar que todo el aire llene la habitación, espero que a mí también me llene. Vuelvo al teclado, vuelvo a escribir y dejar las cosas fluir.

vaso de leche

Estoy pensando cómo se aprende a ver un vaso más lleno o más vacío; una cuestión de posición mental quizá. ¿Es tal vez un proceso que se pueda realizar de la noche a la mañana o algo que lleva trabajo, tiempo, mucho tiempo? ¿Qué diferencia a las personas positivas de las negativas? ¿Podemos controlar lo que nos ocurre? ¿Podemos cambiar algo si lo queremos? ¿O lo sabio es dejar al agua correr? Muchas preguntas para responder. ¿En qué momento y cómo agarrás las riendas de tu vida? ¿Cómo lográs ver un vaso más lleno o más vacío?

duras críticas

Y una vez más entre tanta estupidez que uno encuentra en la tv a sólo un click del dedo sobre el control remoro, el otro día veo un programa donde el objetivo es cambiarle el look a una persona por pedidos de sus familiares, amigos y parejas. Se dice en el programa es cambiarles el look para que cambien sus vidas y se sientan mejor con ellos mismos. En este caso, era una mujer afroamericana quien tenía un look al cual sus familiares tildaban de "gótico" sólo porque vestía todo de negro.
En una ronda se sientan con la conductora del programa y la "víctima de la moda" en medio de todos lista para escuchar las críticas y todos los porqué de su vestimenta inapropiada. Le tiran algunas de sus ropas favoritas y le dicen que es momento de empezar una nueva etapa en su vida. No suena mal, pero ...
Me puse en el lugar de la chica ésta y a mí desde ya que no me gustaría que vengan a tirarme ropa que me gusta, a decirme todo lo feo de lo que llevo puesto y lo que ellos piensan que debería usar. Una mierda en conclusión.
¿Pero cuánto importa lo que llevamos puesto? ¿Quién puede venir y decirte que en realidad lo que a uno le gusta no se usa y qué es la moda? Si es que existe como tal. De seguro muchos se ofendan; miles de personas viven de ella y tantos otros pendientes de ella. Pero la moda es algo cultural, no es universal aunque vengan muchos gurús de la moda ofendidos a discutirme!
Creo que la música, los accesorios, la ropa, pueden ser formas de comunicarnos, hablan por nosotros, pueden reflejar nuestros gustos y en definitiva nuestras ideas. No es algo indiscutible, porque muchos no se expresan con la ropa o los accesorios y cada mañana solo se levantan y atinan a agarrar la primera cosa que encuentren con no tantas arrugas. Así que tampoco es seguro juzgar a alguien por la ropa que viste. Creo que me puedo expresar a través de lo que uso en vestimenta, mas no es lo único que me permite expresarme. Y no creo que alguien deba decirme qué ponerme y encima yo escucharle! Por suerte no me ha ocurrido, como a esta chica, en vivo y directo en un programa de moda, pero me ha pasado de gente a mi alrededor quienes creen que lo que ellos visten es el puro buen gusto y se lo pasan dando consejos a todas las pobre almas perdidas sin gusto por la moda. Permitanme dudar... o reirme al menos.
¿Cómo conservar la individualidad y la originalidad en lo que uno es y si elige expresarlo mediante lo que viste? No distorsionar la imagen que tenemos de nosotros mismos, y aprender a queremos como somos, a descubrirnos y mirarnos de frente a un espejo. Dura faena para muchos en la época que vivimos.
Y como conclusión, uno de los amigos de esta chica en cuestión le dice que va a percibir un cambio en la manera de ser tratada por lo demás, en el mismo momento en que cambie su apariencia; te van a tomar más en serio,y hasta les vas a caer bien a todos, a nadie le puede caer mal una persona bien vestida! 
¿¿¿¿¿AHH??

Felicidad o depresión?

 En estas épocas me he dado cuenta que los estados seudos depresivos son una constante en general. Muchas catástrofes, problemas de índole económico, desigualdades cada vez más grandes y la gente que hace malabares para pasar el día a día. 

¿De qué se trata la felicidad? Recuerdo que mi mejor amiga me pregunto si me consideraba una persona feliz y le dije que sí, aunque la pregunta me dejó pensando. Ambas concluímos en que la vida es una mezcla de ambas cosas, momentos de felicidad y momentos de tristeza.
La pregunta me dio vueltas y vueltas unos días después. Creo que respondí que soy feliz porque me considero afortunada en muchos aspectos, ya sea como en la salud por darles un ejemplo, u oportunidades que yo tengo y otra gente no. Es algo irónico también, ya que muchísimas veces en mi vida me he sentido muy triste, a veces, en momentos creí haberme sentido más infeliz que feliz la mayoría del tiempo. Sé que es exagerado por lo mismo que acabo de afirmar líneas arriba, que soy una persona afortunada en muchos aspectos. Pero cuando uno se siente triste, se siente el más infeliz del mundo casi como una verdad universal. Si me volvieran a preguntar lo mismo, en unos cuantos años en adelante, creo que lo más acertado sería hacer un balance de las cosas vividas, mirar atrás y ver todos los momentos aprovechados que nos dieron felicidad y la cantidad de cosas hechas, y metas alcanzadas. Creo que con esto, me podría acercar a saber qué es la felicidad. Con todo esto, me volví a preguntar qué me hace feliz; comencé a pensar en cosas pequeñas y diarias y me hice una lista mental:

-comer flan
-dormir con tormentas
-el olor a pasto mojado después de la lluvia
-mi hombre y su sonrisa
-asados con mi familia
-meriendas con una amiga
-mi gata
-un libro
-tiempo para mí
-dormir
-la primavera
-miles de planes con mi pareja
-los chocolates y la crema
-aprobar un examen
-viajar y conocer lugares
-cuando el esfuerzo me da frutos


Tal vez muchas cosas más, cosas tontas para los demás quizá, pero pensé que la lista me ayudaría a pensar que sí soy feliz a menudo, cuando siento que las cosas de la lista me dan alegría. Soy feliz con cosas simples pensé;  y sin embargo muchísimas veces, infinitas veces no logro concentrarme en eso. Cuando las cosas no salen como lo había planeado, cuando me doy cuenta que todo cuesta y tanto, suelo perder el foco y el camino, no logro vislumbrar la meta claramente. Pero la cuestión es que si lo que me hace feliz es diferente de lo que a otro gente le hace feliz y a la vez, del otro lado del mundo alguien desea cosas opuestas a lo que yo considero felicidad, entonces qué es? ¿Qué es la felicidad?
Últimamente nadie sabe darme una respuesta acertada. De hecho, muchos dicen no encontrarla o que no es real incluso, porque no dura nada, se esfuma y se va. ¿ Es esto algo común en estas épocas? ¿Es más fácil ser infeliz que feliz? ¿Se puede ser realmente feliz cuando todo alrededor se ve mal? Cuando la gente lo pasa mal, se puede ser feliz individualmente? Vuelvo a pensar si debo recolectar la mayor cantidad de momentos que me causan alegría y  así acercarme a al felicidad. Más aun, en estas épocas cuando es más seguro estar deprimido. ¿En qué momento es sano dibujar la línea y el límite con la depresión?

mujeres

Todas las mujeres somos diferentes. Eso es cierto.
Levantarnos cada día y mirarnos al espejo, y reconocernos detrás de una larga o corta melena, de un cabello claro u oscuro, de narices grandes o pequeñas, de pecas o lunares, de rostros frescos y jóvenes o cansados y maltratados por el tiempo o acaso por una vida dura. Alistarnos y sentirnos listas para salir allá afuera, al mundo, a buscar el lugar o el camino que nos corresponde. Trabajar y esperar ser reconocidas como las mejores en todo lo bueno que ponemos día a día, estudiar y poder llegar a las metas impuestas, limpiar y hacer que los lugares que habitamos sean los más lindos con el toque especial que ponemos esperando que los demás lo noten, criar niños en la complicada tarea de convertir un niño en un ser excepcional cuando crezca, cuidar plantas y hablarles para que crezcan más rápido , cocinar sepamos o no para la gente que queremos y esperar que al final de la comida nos feliciten por lo rico de la misma, ser amigas y confidentes frente a otra mujer que decide compartir sus lágrimas y sueños rotos, madres y aprender a dar los mejores consejos y los mejores abrazos cuando nadie puede consolarnos o entendernos cómo se siente ser mujer, intentar ser femmes fatales con la pareja y sentirnos deseadas con el pasar del tiempo, ser exitosas y lindas. Muchos papeles combinables con ruleros, guantes amarillos de goma, con tacos o zapatillas. Todos papeles que las mujeres interpretamos a la perfección. A veces es demasiado en esos días en que nada parece salir como nosotras queremos, en los días en que nadie parece entendernos, a veces se nos pide demasiado y más. Pero afortunadamente cumplimos cada uno de esos pedidos. Y entre mascarillas para vernos más lindas, entre miles de dietas para adelgazar, ropa y accesorios para no dejar de vernos a la moda, chocolates y pañuelos descartables que pululan la habitación a causa de algún desgraciado que no supo valorarnos y ver lo que somos,  y hasta cirugías que podrían hacer nada en todo el proceso de conocernos desde que nacemos hasta que morimos lo que sí debemos resaltar es la fuerza interior que vive en nosotras y que debemos utilizar día a día al levantarnos y salir al mundo un día más a ser mujer. 

Nadie mejor que nosotras para ser mujer. Feliz día chicas =)

compañía

En este momento, me viene a la cabeza esa conocida frase de mejor solo que mal acompañado, pero es realmente mejor estar solo?
Ayer en la sala del cine, cuando llega el momento de un intervalo entre película y película, miro alrededor y me doy cuenta de que varias personas han ido solas al cine, no hay nadie a su lado como se espera en este tipo de salidas, ya sea una pareja o un amigo. Bueno, no es que sea obligación ir acompañado al cine pero suele ser una típica salida de parejas en muchos casos. Me quedé por unos minutos imaginando cómo sería la vida de esas personas cuando volvían a sus casas, después de disfrutar de una película a solas. En realidad, el punto es que me recordaron a la gente que come sola  o lee un libro con la sola compañía de un café mirando de tanto en tanto por la ventana del bar. De hecho siempre me pareció extraña la posible situación de comer solo, porque en mi cabeza se asocia la idea de comer con la idea de compartir, más allá del concepto de alimentarse, claro está. No es que nunca haya comida sola. Muchas veces en mi casa por cuestiones de horarios uno come primero que el otro y el último llega y busca el plato guardado en el microondas y se sienta a comer junto a la tv. Muchas veces puede pasar que nos veamos forzados a tener un almuerzo a solas y si vivimos solos, muchas de las comidas diarias sean a solas, a solas excepto con la compañía de uno mismo.Pero al parecer, mucha gente disfruta de la compañía de ellos mismos y no tienen problema alguno en ir al cine con ellos mismos, comer a solas con ellos mismos, y hasta sentarse en el banco de una plaza con ellos mismos. Y no digo que esté mal disfrutar de la compañía de uno mismo. Es algo bueno de vez en cuando, poder tan solo estar con uno mismo y escucharse. Mas lo que pensé, fue si mucha de esta gente disfrutando a solas de una película, es por elección propia o por simple jugada o mala pasada de la vida.Como una tonta, siempre pensé qué diría la gente si voy sola a comer a algún lugar. Nunca lo hice.


Y lo que digo es que es reconfortante volver a casa y que alguien te espere, viajar y saber que hay alguien por quien uno vuelve, caminar de la mano de alguien, compartir comidas con los que uno quiere, compartir una siesta en el río y las esperadas vacaciones, las noches de invierno, compartir las ideas y los desacuerdos,  el desayuno temprano en silencios y bostezos, estirar la mano y que haya alguien más allá, escuchar alguien que grita nuestro nombre, compartir la vida con alguien más. Creo que la compañía de la familia, de un amigo, y de la pareja le ponen un toque distinto a cualquier situación. Un poco más de ruido a la propia existencia. En otras palabras, no sé si podría aprender a vivir mi vida sola, a no esperar a nadie ni ser esperada, a no escuchar a nadie al entrar a casa.
No sé si mucha gente lo tenga como opción o de hecho sea la única opción; no sé si sea agradable la imagen de una balsa a la deriva.