a veces la felicidad se le parece...



Es una práctica ya bastante usual el hacer listas con balances antes de que comience el año nuevo. Mucha gente las hace para poder ver asentado en papel la cantidad de logros alcanzados o no durante un año que se va. Yo he estado haciendo una lista mental desde que comenzó este año que estamos ya estrenando. Los dos últimos años fueron dos años con acontecimientos fuertes y difíciles de olvidar. De hecho, no sé si sea un detalle ahora un poco gracioso, o quizá reflejaba algo más profundo, pero no lograba recordar el número del año hasta el punto de confundirlos o cuando en algún papel debía rellenar datos y colocar la fecha correcta, dudaba varios minutos. Algo en mí no aceptaba que era otro año. Dos acontecimientos ocurridos en estos dos años que ya pasaron se reducen a dos grandes pérdidas. El proceso de entendimiento, aceptación, y lo que sea que se hace en estos caso fue y sigue siendo un poco trabajoso; se parece a una montaña rusa aunque la figura metafórica sea recurrente y hasta cliché. Pero después de todo la vida sigue, y me puse a hacer mi lista mental. La necesitaba; pasa que siempre me he inclinado a pensar que la felicidad ocurre como en los cuentos, llega un momento en la vida y no se va nunca más. Mas no ocurre de tal manera, no. Al parece, de acuerdo a lo que voy descubriendo con el pasar de los años, es que la felicidad es un conjunto de momentos felices y estos de seguro se le parecen a los estados que conocemos como alegría, aunque quizá también haya momentos que no estén provistos de alegría y que sean de igual manera parte de lo que creemos que es la felicidad. Momentos de paz, de crecimiento, de entendimiento, de perdón, y no sé si deba incluirse los momentos difíciles en la vida. Todo es todo, una unidad. Y a medida que vamos mirando hacia adelante, podemos echar vistazos hacia atrás y descubrir los momentos felices o si no los vemos, repensar nuestros pasos y deciciones que sí nos lleven a un camino de felicidad. Por mi lado, entre despedidas y bienvenidad, mudanzas, casas nuevas y hogares en el recuerdo. Planes de futuro y atesoramientos de momentos que ya no están. Unión y hermandad, lazos que se refuerzan y otros que se sueltan. Y la tarea es diaria, darse cuenta si se es feliz y aunténtico con uno mismo, saber qué es lo que queremos y si estamos haciendo lo necesario para llegar a tal meta, crearnos siempre nuevas metas y saber que la vida es movimiento y cambio constante. Me viene a la cabeza la imagen de que todo depende desde dónde se mire, si un vaso está lleno o vacío. Depende entonces de nosotros y lo que deseamos ver? Espero haya comenzado y siga bien este año para todos, y nunca está de más desear paz en el mundo. Aunque ya la gente no crea en eso.