días malos

Siempre la gente me dijo que la vida es como una montaña rusa por las constantes subidas y bajadas y la adrenalina que te pueden generar estos movimientos. En esas bajadas suelo ponerme algo triste y hasta en varias ocasiones siento ganas de llorar. Sin embargo, a medida que crezco me han enseñado la vida o la gente con la que me he cruzado, que no es bueno llorar. Que no es algo que deba hacer un adulto e incluso me han dicho que sólo los débiles lloran. Pero si llorar es una reacción perfectamente normal del cuerpo como la sed o el sueño ¿por qué se considera inapropiado? Incluso hay momentos en los que uno mismo debe disculparse con el mundo por no estar alegre, por tener ganas de estar triste. De hecho creo que si uno intenta sacarlo en vez de empujarlo cada vez más adentro es algo que nos hará mejor. Me acordé de estas líneas, no sé si tal vez deba sentarme e intentar seguir las instrucciones.

Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Instrucciones para llorar
[Instrucciones. Texto completo]

Julio Cortázar