niños

Cuando era una nena, miraba a los adultos y no veía la hora de convertirme en uno de ellos. Pensaba que cuando fuera grande, podría ir donde quisiera y podría hacer miles de cosas y nadie me iba a decir que no porque ya no era una nena. Pensaba que los adultos eran libres por ser mayores, y entonces anhelaba poder ser uno de ellos. Mas al crecer me di cuenta del error de mi observación.
Me di cuenta de que cuando uno es niño puede decir lo que quiera cuando se le ocurra. Ahora sé que no siempre es bienvenida la verdad entre los adultos y no se puede decir lo primero que se te cruza por la cabeza en ciertos lugares o momentos. Antes hacía lo que quería y lo que tenía ganas, excepto cruzar la calle sola o salir sin un mayor. Ahora cruzo la calle sola y puedo ir sola a lugares sin la mirada de un adulto, pero esto no es lo mismo que hacer lo que uno quiere porque cuando sos grande hay reglas y límites y encima uno solito suele imponerselos.
No se dice lo que se piensa porque en la edad adulta hay filtros sociales, en cambio cuando sos chico decís lo que ves; al pan, pan y al vino, vino.
La imaginación de un niño es increíble, ahora todo se limita a tener un pasaporte y dinero para viajar. Volar era facilisimo desde una hamaca. Imaginar y volar era tan fácil! Ahora imaginar se confunde con soñar imposibles y eso está visto como pérdida de tiempo en la edad adulta.
Antes hacía amigos al mirar niños jugando; tan simple como acercarme y decir hola y sumarme al juego. Ahora la mayoría de nosotros tenemos o twitter, o chat, o facebook. 
El otro día miraba a unos nenes jugar en las hamacas de una plaza y pensaba en todo esto.
Me equivoqué y nunca fui más libre que cuando era nena. Lástima que no se pueda volver, no?