diversidad

Y siguiendo ya que estamos, con el tema de las diferencias, en la materia Antropología, se nos ha hablado sobre el estudio de la unidad (igualdad en términos antropológicos) de la especie humana como una sola; el ser humano y sus puntos en común a pesar de la diversidad de razas. El hombre como ser vivo es uno solo, entonces mediante el estudio de esta diversidad que nos rodea se trata de llegar a este concepto de unidad. Se llega a la unidad mediante la comparación y estudio de las diferencias; pero el problema principal, al parecer, radica en el rechazo del mismo hombre hacia lo que es diferente. Siempre se dijo que lo diferente da miedo, lo nuevo. Se lo asocia con peligro, con lo feo. Si algo no es igual a mí, entonces no es bueno. El problema siempre fue el no aceptar la diversidad. De ahí todos los problemas desde que el mundo ha sido mundo, de guerras, de xenofobia y discriminación, del colonialismo e imperialismo, de pobreza, de injusticias, de matanzas, de horrores... de pérdidas. No logramos aceptarnos. Día a día me levanto y me pesa a veces el mundo y cuando quiero hablar de ello, la gente me tilda de negativa, me dicen que no importa, que no mire a mi alrededor y que si a mí las cosas me van bien, eso es lo que importa. Como que la melancolía se confunde con la tristeza y es cierto que no está de moda la melancolía. Creo que siempre estuvo de moda la individualidad. Pero eso es otro tema.
Me dicen que no importa y que viva de una manera más liviana; no sé qué me quieren decir con ello. Pero yo no siento que pueda ser feliz de raíz si los demás no lo son, no se puede construir con confianza en un mundo que se cae a pedazos y que ello pueda derrumbar mi castillo de aire también. Y tal vez soy algo negativa, o ilusa ... o soñadora, pero me gustaría pensar que puede cambiar. Que alguien más allá afuera siente lo mismo que yo. O que al menos entiende de lo que hablo. O tal vez es otra mañana más y otro pensamiento que se vuela hacia la nada.
Es que hay mañanas en las que me siento más Mafalda que Susanita... bueno, para ser sincera nunca me he sentido como una Susanita.