domingo


Hoy es un domingo particularmente silencioso. Siempre odié los domingos. Es el final del fin de semana y el paso al puto lunes. El aire está extraño afuera, el viento me dice algo que no logro descifrar qué es. Mi cabeza está llena de cosas pero no logro hilar un solo pensamiento desde que me levanté. Te podría decir que todavía no sé lo que pasó. Me siento abombada. Términos graciosos si los hay. Miro el reloj y siguen pasando los minutos y las horas. No son momentos. Cada hora comienza a parecerse terriblemente a la siguiente hora, no hay nada que las distinga una de otra. Se me está poniendo más confusa la escena, el día.

7 comentarios:

Café (con tostadas) dijo...

ay, que difíciles los días plagados de horas que no se distinguen! y, para peor, domingo...

Un mate, como para acompañar?

Besito

Jen! dijo...

Si sabré de esos domingos, aunque a mi los domingos siempre me gustaron, porque siempre tengo franco los lunes, así que mi finde empieza los domingos.

Como bien dijo Café: un mate??

rama dijo...

Es extraña, pero siempre es el día en el que se para el mundo (tal vez un poco exagerado), pero porque no serlo, no!, es la lentitud, el párate del día que por ahí esta bueno y por ahí no tanto, va! En realidad la suspensión de uno para que llegue el lunes y todo comience de nuevo. Es el puto circulo vicioso!.
Saludos y besos.
PD: Como es vicioso, entonces ánimo para correr durante toda la semana hasta el próximo domingo. Qué tengas buen lunes.

Café (con tostadas) dijo...

Mujer, hace un ratito leí tu comentario (en mi blog y en el de Je!) sobre el príncipe que es sapo...

Vine buscando una dirección de correo para escribirte en mi afán de hacerte compañía en un momento tan triste pero no la encontré, así que va el comentario.

Si pudiera aliviarte esa pena, si supiera cómo, si exitiera la manera, no dudaría en hacerlo (o intentarlo).

Creeme que yo no sé mucho de casi nada pero sí aprendí (a cabezasos contra la pared) del vacío que queda cuando un príncipe en nuestras ilusiones se nos muestra como sapo en la realidad. O, peor, cuando nos actuó como un hombre la realeza siendo un anfibio de sangre fría...

Me desanima no poder contarte cómo se aprende a querer a ese sapo después. Yo nunca encontré el método. Puedo querer a un animal saltarín desde el principio pero no sé cómo hacerlo cuando se abollaron las ilusiones. Quizás es posible, yo no supe cómo.

Sea como sea, por el camino que elijas y con la compañía que prefieras, ojalá encuentres la manera de estar bien.

Te mando una abrazo fuertefuerte, unos mates, unas cuantas horas de charla y un buen rato de bailar a los saltos por el linving escuchando canciones de desamor (o cualquiera que sirva para poguear). Ahora se me ocurre "Mucho más fuerte" de Charly.

Besos, muchacha, y ánimos ;)

BLUEKITTY dijo...

Mi "príncipe" nunca fue un sapo, de hecho es un buen hombre; yo hablaba en general sobre los temas que se han estado discutiendo en las últimas semanas en diferentes blogs. De lo que sí me di cuenta es que no es el prícipe que tal vez espero. Comienzo a pensar que no espero a ningún príncipe porque ésos no existen en la realidad.

Lic_jasper dijo...

los domingos... dias terribles si lo son!
yo la verdad que hace años que no paso un domingo en el que mi concepto sobre ellos haya cambiado demasiado!
creo que es la tendencia, el arrastre del cansancio semanal y obvio... saberse a punto de arrancar otra semana laboral!

saludos y buena semana!

Lucas.- dijo...

Holas.. date una vuelta por mi seccion domingos otra vez..

beso..