ganas

Tengo ganas de muchas cosas. Muchas. Bah, no sé si tantas. Me gustaría que tuvieramos más tiempo para nosotros dos. Me gustaría tener vacaciones de tres meses. Me gustaría ir de paseo a algún lugar que no haya ido nunca. Conocerlo juntos. Me gustaría salir a caminar de tu mano. Me gustaría que andemos en bicicleta. Me gustaría merendar al aire libre con vos. Me gustaría que me regales una flor. Me gustaría una cena con velitas y salir a bailar. Me gustaría tirar piedritas al río con vos. Me gustaría no dormir una noche de mucho calor y ver la luna con vos. Me gustaría sentarnos bajo un árbol de esos enormes con historias de niños que alguna vez jugaron en él y leer un libro juntos a su sombra. Me gustaría poder terminar el libro. Saber que podemos empezar miles más. Me gustaría dormir la siesta en el pasto mojado con vos. Me gustaría caminar sobre una playa de arena, de esa arena blanca y suavecita con vos. Me gustaría que estemos solos y bien lejos de todo, del ruido y las computadoras. Del televisor y celular también. Me gustaría tener el valioso tiempo de gastarlo en mirarnos a los ojos por una hora entera sin interrupción. Me gustaría salir a respirar el aire del campo después de que haya llovido y volver a desayunar juntos. Me gustaría que me cuentes una historia inventada antes de dormirme. Me gustaría que vengas con dos boletos de algún lugar desconocido y me digas nos vamos lejos los dos. Me gustaría que podamos andar a caballo. Me gustaría que compartamos el silencio del campo por horas, no hablemos ni siquiera para pelear. Eso estaría bueno. Escuchemos el sonido del viento en los árboles, el ruido de los grillos y sapos. Eso me gustaría. Me gustaría tener el tiempo de sentarme y preguntarte qué cosas te gustarían. Me gustaría que quisieras contarmelas todas. Me gustaría que tengas las mismas ganas que yo de todo esto. Me gustaría.