vieja


Vieja. A veces creo que siempre fuiste vieja. O he tenido por alguna razón, esa imagen de vos. Uno cuando es niño, suele ver viejos a todos aquellos quienes no son como uno, como un niño. Ahora sí estás vieja. Muy vieja. Me resulta muy extraño verte así, vieja. Siempre fuiste muy fuerte, muy dura. Una actitud de soberbia y altivez siempre te caracterizaron. Me contaron que viviste muchas cosas difíciles, que la vida no fue suave contigo. Y por ello quizá siempre te mostraste dura, mas ahora veo tu lado suave. Te veo vieja, te veo indefensa, y te veo. Muchas veces quería no mirarte. Lo hice por mucho tiempo; no sé si se te veo, o miro acaso por el costado, para no verte, para no verte así, vieja. De hecho, ahora me es difícil mirarte. Me cuesta mucho hacerlo, y es que te veo tan vieja. Tus manos y tu cuerpo parecieran que ya ni fuerza tienen, tu corazón creo es quien nos dice que ya no te quedan fuerzas. Toco tu mano, y no sé si te siento. Y es que ya te estarás yendo? Un amargo trago corre por mi garganta, y es que no sé si hubiera querido en otra vida decirte no te vayas todavía.

3 comentarios:

Alelí dijo...

la vulnerabilidad, vejez, despedidas, tragos amargos son lugares y momentos por los que todos tenemos que pasar.

inevitablemente.

El Gaucho Santillán dijo...

"...ya lo habìa perdido,/hoy, lo conozco de nuevo,/quien sabe como ha sido,/que ese oscuro caballero,/hoy es otro...¡padre mìo!"

Creo que los descubrimos de grandes, amiga.

Un abrazo.

Luna dijo...

Tenemos una relación muy extrema con la vejez, como si no fuésemos a llegar.


Besos