gente, gente



A medida que vas por el camino de la vida te encontrás a diario con gente. Gente por todos lados. A veces te llevan por delante, te chocan y ni se detienen. Siguen corriendo. Mas a veces ocurre que se detienen y hasta te sueltan un hola. A la gente a veces le cuesta abrirse y te ponen una careta para que no logres ver su rostro real, o te ponen una coraza para que ni te acerques por los posibles roces que trae el contacto. Hay gente que va por el mundo sin recibir un beso o un abrazo o un apretón de mano, y terminan creyendo que el contacto con otro es algo molesto, algo innecesario. Sin embargo, hay otros que sorprendentemente abren sus boca y dejan correr libre una enorme sonrisa en la que en muchos casos podés ver sus dientes. Es raro, o no tanto, gente que te sonrie y te invita a acercarte. Y mirá que cuesta acercarse a la gente, pero esos se ven más amigables que otros. De cualquier manera, te acercás a veces y otras veces no. Y cuando te acercás vas conociendo a las personas. A veces puede parecer que es cuestión de minutos o de días porque algunos se muestran tan amigables y cálidos que da gusto. En ocasiones raras y poco frecuentes, sentís que conocés a esas personas de toda la vida, o de otra vida, o es tal vez una simple impresión. Pero la realidad es que puede llevar toda una vida conocer a la gente. Malos y buenos momentos y todo momento que se presente como oportunidad para ver cómo reacciona la gente. Observarlos. Dicen que la gente se muestra tal como es cuando no la están mirando. No lo sé. Será entonces que la gente finge y vive con sus caretas permanentemente. ¿Pero esto no nos llevaría acaso a olvidar quiénes somos? Acostumbrarnos a ver la careta a diario hasta olvidar cómo somos en realidad. Y si, es doloroso cuando te das cuenta de que la gente no es lo que parece, de que mucha gente tiene otra cara que nunca se ve, o si se deja ver es en el momento más duro y podés ver algo muy feo. Cuesta seguir el camino de la vida a medida que perdés gente, muchos se quedan ahí y no te acompañan más. Pero se dice que hay cosas que es mejor perder. Además siempre que se pierde algo se gana otra cosa. Leí hace un rato que hay gente que se te vuelve sangre. Entonces me aferraré fuerte a esa gente que se vuelve mi sangre. Lo de afuera no importa tanto, o sí?  La gente es extraña.

6 comentarios:

Darío dijo...

Alguién dijo eso ayer. Si! Alelí! Y es verdad, la gente es muy extraña, y lo mejor es quedarse con esa que se te vuelve sangre. Un abrazo.

Alelí dijo...

(no estaría mal citar la fuente)

creo que queda por fuera nuestra elección quien se vuelve parte de nuestra sangre...es así lo importante siempre es trabajar para descubrir la razón.


beso beso

BLUEKITTY dijo...

CITO FUENTE DE DONDE LEÍ QUE HAY GENTE QUE SE NOS VUELVE SANGRE...jajaja, para que quede claro que no robo nada!

http://unamujerrecienllegada.blogspot.com/

Luna dijo...

Buena imagen esta de Alelí.

Es cierto hay todo tipo de gente. Lo bueno es cuando te sorprenden, cuando encontrás alguien en el lugar y momento menos esperado y parecer ser , como vos decís conocido de toda la vida. Eso compensa todo.

Besos

laviejadeinglés dijo...

cuervo: Alelí me dejó pensando con esa frase. Y siempre es mejor quedarse con los que nos quieren, nos hacen sentir un poco mejor, quizá importantes?

saludos

Alelí: jajajajaj, te cité, te cité ;)

luna: mirá que a veces la gente nos sorprende, y no siempre para mal.

saluditos

BLUEKITTY dijo...

Aclaro que NONE soy yo, jajaja, no se logueó la cuenta o algo parecido...saludos de nuevo gente y gracias por pasar y dejar un pedacito de lo que piensan.