dormir



Llegada la noche, cansados del día y sus ruidos, luces brillantes, discusiones humanas, las obligaciones sociales acompañadas de armadas frases y modales, cientos de caras de desconocidos acompañándonos en el transporte hacia la llegada a casa y la finalización de otro día más, nos buscamos. Estamos algo mareados también, estamos algo molestos, estamos algo distanciados, estamos algo hambrientos, estamos muy cansados.
La noche trae un silencio que nos obliga a callarnos, o posiblemente nos incita a escucharnos, a mirarnos y encontrarnos. Reencontrarnos después del día. Discutimos, porque el día nos dejó malestares y sinsabores. El día y sus acontecimientos no fueron lo que nosotros quisimos que fuera. Nunca lo es. Pero el día ya se terminó, y por ello o dejamos pasar lo que no fue, o volvemos una y otra vez a revisar lo que no hicimos. Podemos buscar mil razones y chocar. Mas nos vamos a la cama; lugar de reconciliaciones y de encuentros y de origen.
Nos dirijimos hacia otro mundo, uno cercano a los sueños y alejado de la realidad. Sin embargo, seguimos algo molestos, algo lejanos; decidimos darnos la espalda, no enfrentarnos, no mirarnos, no reconocernos. Sentimos los pies y los corazones fríos. Corre por la sangre tanto el enojo como las ganas de abrazarnos y dormirnos lo más cerca posible. El orgullo y el enojo nos lo impiden. El silencio inunda la habitación, y afuera tampoco ocurre mucho. La noche duerme. El sonido del reloj irrumpe en el ruido del silencio y lo opaca. Nos distrae. Nos damos una tregua, nos volteamos a mirarnos y a volver a reconocernos. Nos sentimos, nos olemos, nos miramos y no decimos nada. Nos abrazamos y nos sumergimos en un sueño compartido. Hasta que llegue el próximo día no volveremos a despegarnos. Quizá en la mañana, mientras el nuevo día nace, éste traiga una nueva oportunidad de penetrarnos uno a otro en el alma. Y nos amemos otro día más.

5 comentarios:

Ojosnegros dijo...

Tienes un gran consuelo, una auténtica fortaleza donde refugiarte. Guárdala.
Besos.

El Gaucho Santillán dijo...

Bien lo dices. Cada dìa es una oportunidad nueva.

Buen texto.

Un abrazo.

Luna dijo...

Parece una batalla eterna.


Besos

guille dijo...

Las distancias hay que acortarlas antes de llegar a la cama.

Los enfados deben quedar fuera.

Que la cama no sea solo el sitio donde dormir.

Shang Yue dijo...

en la noche, ya os amais, en silencio, sin palabras, sólo con el arrullo de vuestras respiraciones y el contrapunto, segundo a segundo, del despertador