puta



Es muy lamentable y triste la realidad que hoy estamos viviendo como país. Todas podemos ser Marita. Y todos hoy debemos ser Marita, debemos luchar como argentinos que al menos en nuestro país no se permita la esclavitud. Es un horror en estos tiempos tener que seguir leyendo, viendo, o escribiendo esta palabra tan oscura.  Ni hablar de ver o sufrir en carne propia lo que es la trata de personas. Pero un poco más allá de lo que es todo este negocio de almas oscuras, jueces corruptos, gente enferma, y sociedades en silencio cómplice, esto va un poquito más allá. Al menos es lo que creo desde mi lugar. Hay muchos que siguen confundiendo lo que es la antigua actividad de la prostitución con lo que hoy es conocido como la trata de blancas. La prostituta y su ejercicio nada tienen que ver con una esclava, aunque seamos claros, en muchos casos desafortunados las prostitutas no ejercen de la mejor manera posible ni cuidadas en su sociedad su trabajo. Pero una cosa no implica la otra necesariamente. El punto clave a entender aquí es que el cuerpo mío de mujer es sólo mío, es mi propiedad y yo soy dueña de él. Ni entes como la Iglesia o el estado pueden venir a decirme qué hacer con él. En el mejor de los casos, lo que necesitamos es sí, intervención del estado para cuidar y no intervenciones tales como la de la Iglesia para manchar y juzgar. El tema es complejo porque la libertad es algo muy grande tanto en concepto como en lo real. El hecho de ser dueños de nosotros mismos nos lleva a temas como la Eutanasia o el aborto. Pero no nos vayamos de tema, acá el problema es que el prejuicio siempre estuvo detrás de todos estos temas y sobre la cabeza de muchos. La palabra y concepto prostituta no es el mismo que puta aunque los hombres hayan dedicido usarlo así, y lamentablemente las mujeres hayan aceptado tal imposición. Y muchas mujeres aun hoy en día deciden utilizar esa palabra como un insulto, y lo tiran desde su boca así nomás a otra hermana mujer. ¿En qué lugar queda una mujer que desprecia a otra de su mismo género? ¿Quién es una para levantar el dedo a otra? Ideales estúpidos e ideas vacías como muchas impuestas en distintos lugares por la religión quizá ayudaron a que términos como puta se llenen de negatividad. Ni hablar el uso que muchos hombres han hecho de esto. Puta es quizá sinónimo de mujer pasional, genital, libre, mujer que desea, que conoce su cuerpo y que escucha sus genitales, mujer que está feliz y orgullosa de ser mujer. De toda parte de su cuerpo, de su capacidad de ser procreadora y madre, pero también de sus elecciones de ser docente, de ser estudiante, de ser chofer, de ser deportista, de ser artista, de ser lo que ella quiera ser, más allá de su condición biológica de hembra, más allá de su rol de mujer en sociedad y más allá de estar satisfecha con su género, de su desición de ser plena y feliz. Pero muchas mujeres hablan de vírgenes inexistentes y no hablan de orgasmos, hablan de santas y lo peor es que esta gente es la que calla ante injusticias y violencia contra su género, y en muchos otros casos son las mismas que consumen desenfrenadamente revistas de modas que no festejan a la mujer como tal, sino que nos enseñan qué quiere el hombre. No todos, por supuesto. No intento caer en facilismos ni generalizaciones. Hay hombres maravillosos, hombres y mujeres maravillosos como hay gente increíble en el mundo y como hay gente despreciable en el mundo. No hablo de la guerra de sexos, ni hablo de feminismo y machismo que separen. Hablo de esas pobres mujeres que accenden entrar a este juego de moldear sus caras, sus cuerpos, sus almas y ni hablar de sus cerebros a lo que el mercado les pide. No valorarse, no conocerse, querer cambiarse toda lo que una es sólo para agradar, consentir los abusos que muchos hombres poco hombres en realidad ejercen sobre mujeres. No gritar con todos sus pulmones a mí no me maltratas. Pero cómo se hace esto si una misma se maltrata en miles de dietas, cirugías, cosmética y miles de cosas más inventadas para que el hombre crea que así somos, o lo peor que es lo único que somos. Cómo podemos exigir respeto si no nos respetamos o fácilmente levantamos el dedo hacia las decisiones de otras mujeres, si juzgamos a otras desde algún pedestal imaginario? Ojo, en una sociedad en que una mujer cree que ser puta es ser algo negativo o sucio, en una sociedad en que una mujer se castiga porque no se asemeja a una barbie de revista, en una sociedad en la que la mujer deja que el hombre esté adelante en vez de a nuestro lado, cómo se defenderá de un ataque? ¿Cómo lucharemos ante un monstruo como la violencia de género y la trata de personas?



9 comentarios:

Darío dijo...

Con compromiso, que es lo que falta. El mundo está plagado de Pilatos. Un abrazo.

Shang Yue dijo...

aún no entiendo como la mujer puede ser el peor enemigo de otra

Ricardo Miñana dijo...

Te deseo unas fiestas con alegría.
Buen fin de semana,
¡Feliz Navidad!
un abrazo.

Marcelo dijo...

Me enteré de que en España el primer insulto que se le dice a una mujer es "puta". No me refiero que se lo apliquen a una mujer con una sexualidad más libre sino que se aplica en cualquier caso: una discusión de tránsito o de oficina, si participa una mujer, puede empezar o terminar con "puta"
Curioso, verdad?

BLUEKITTY dijo...

Dario: Creo que sí, Pilatos y Judas por doquier. Saludos.

Shang Yue: yo tampoco lo entiendo. Saludos hermana.

Ricardo: feliz natividad, para aquellos quienes creen!

Marcelo: No puedo creer eso, o sí. Una enorme pena.

saludos y gracias por pasar gente.

Niña Magica* dijo...

Cruda realidad.
Te expreso por aca lo que me encanta como te expresas con palabras!
y una frasesita linda para todas las lindas! MUJER: SI QUIERES SER LIBRE, AMATE!

Niña Magica* dijo...

Mundo cruel para las mujeres más si vamos en contra de nosotras mismas :(
"mujer: si quieres ser libre, amate!"

BLUEKITTY dijo...

Gracias por tu aporte niña mágica y gracias por compartir tan bella frase.

Jack el Despotricador dijo...

La justicia por mano propia es más creíble que la del circo de jueces corruptos sin sentido común.