martes 12 de junio del 2012

La noche del 12 te dormiste para siempre gordita. Te encontré un día sin saber que me estabas esperando. Todavía no puedo creer que no vayas a despertar; se me nublan los ojos con lágrimas y no logro ver bien las letras en el teclado. Pero necesito escribir algo, necesito llorarte y llorarte aunque los demás no lo entiendan. No van a entender lo que vos me hiciste sentir.

Desde el primer día me llenaste de felicidad y en muchos momentos feos de mi vida, con tan sólo mirarte me sentía segura de algo al menos. Me dabas mucha seguridad. De hecho, nunca imaginé aunque suene estúpido que podías dejar de ser mía, nunca pensé que podía perderte. Eras lo único que sentía seguro en esta vida. Lección que se repite, lo único constante en esta vida es el cambio. Todo debe cambiar y fluir. Pueden enseñármelo hasta que se cansen, pero no voy a entenderlo. No puedo. Ahora sos una con la tierra, quizá vuelvas de donde viniste. No sé dónde es eso porque no sé de dónde venimos. Yo no sé de dónde vengo. Te llevé y te dejé en la tierra. Tenías las formas de alguien que duerme. Me dio miedo. Me quedé fantaseando que podía llegar a ser un grave error tirarte tierra encima porque había una ínfima posibilidad de que pudieras despertar.

Deseo tanto escucharte de nuevo, y es que saber que no voy a volver a verte me parte el corazón en pedazos, aunque ésta sea una figura retórica y poética ya usada hasta el hartazgo.Lo digo en serio, no sólo siento un enorme hueco sino que siento que algo se rompió en mí.  No puedo caminar los mismos pasos en la casa, y darme vuelta para no encontrarte, para no verte. Fuiste y serás un enorme pedazo de mi corazón y de mi vida por siempre. Lo que me hiciste sentir no lo he sentido. Quizá no me llevo tan bien con los humanos porque no me entienden. Yo creo que tampoco los entiendo. Y lo que definitivamente no entiendo es todo esto, porque tiene que pasar algo de repente para que cambie todo. ALGO. Necesito que vuelvas a mi lado. Te necesito como no lo imaginás. Mas ahora dormís y supongo que está bien, todos me dicen que es lo mejor y yo así me repito que está bien. Pero no está bien, no lo está. No puede estar bien si no estamos juntas. Debo tragarme todas las lágrimas, pasarlas por la garganta, y seguir escribiendo, seguir mañana y mañana y el día siguiente como se sigue. Como todo el mundo sigue. No sé cómo hacerlo, ya tengo muchas marcas en el corazón, y algunas todavía frescas. No entiendo por qué te fuiste, por qué no te quedaste un rato más conmigo?

Te quiero decir una última vez gracias por todo el amor que me diste. Todos estos años con vos fui muy feliz y te digo en serio que no sé cómo voy a hacer sin vos aunque deba aparentar que puedo. Todas las noches y días que me acompañaste, las veces que no te moviste de mi lado si estaba enferma, y en relidad por todo lo que me diste, gracias amor de mi vida. Tu papá y yo vamos a recordarte y extrañarte por siempre.